jueves, 31 de julio de 2008

Del dualismo en la política

El dualismo (y lo no-dual) en la política
(Conservadores, progresistas y místicos)

El estudio del genoma humano ha atraído toda la atención de los medios científicos y los de información porque realmente es algo muy interesante en el conocimiento de la estructura biológica humana, pero, también porque vivimos en un mundo terriblemente chato, que ha eliminado de un plumazo todas las realidades del Universo que no sean perceptibles por los sentidos exteriores. Pero, junto al estudio del genoma, se ha hecho (y se sigue haciendo) una investigación que podría ser un correlato de la anterior, sobre la conciencia humana (en modo alguno me refiero a la conciencia moral-que tiene mucho de superego-, sino a la conciencia en general, que en el hombre se hace autoconciencia, y que es la manifestación del Espíritu en la biología por hacer una aproximación siempre inexacta).
Esta investigación de la conciencia consiste en llevar a cabo un “proceso de cartografiado intercultural de todos los estados, estructuras, memes, tipos, niveles, estadios y olas de la conciencia humana”1
Por lo que respecta a nuestra reflexión, de momento al menos, nos interesa seguir la teorías de las estructuras o memes, según la Spiral Dynamis. Y según ésta un meme es “un estadio básico del desarrollo que puede expresarse en cualquier actividad”. En definitiva, se trata de una visión estructurada del proceso de desarrollo de la conciencia humana que comienza en el estadio uno y termina en el diez, estadios que en vez de ser numerados se les identifica por colores. (Así lo decidieron los estudiosos Beck y Cowan, cuando participaban en los diálogos que contribuyeron a acabar con el appartheid).
No pensemos que estos memes son niveles rígidos de conciencia, más bien son como olas (término muy utilizado por los estudiosos del tema) fluidas, solapadas, interrelacionadas. Los memes son olas de la existencia y cada persona o grupo se halla fundamentalmente en una, pero, puede estar tocando también la anterior o la posterior. Por supuesto, cuando se estudian la líneas de desarrollo (la moral, la cognitiva, la espiritual, la de los valores, la de relaciones...) los niveles son muy distintos en cada una de ellas y en la misma persona.
Graves denomina a los seis primeros niveles “pensamiento de primer grado”, superados éstos, sucede una transformación en la conciencia y emergen los niveles del “pensamiento de segundo grado”. Emergencia que supone que el hombre toma conciencia de su desarrollo no sólo horizontal, sino también vertical, desarrollos que tienen mucho que ver con lo religioso y lo político. El desarrollo horizontal supone una acomodación dentro del nivel de conciencia en el que uno se encuentre, por ejemplo, cambiamos los muebles de lugar en nuestra casa. Adaptamos nuevos conceptos más acordes con las ideas actuales sobre la inmortalidad del alma. El desarrollo vertical supone la emergencia de un nuevo nivel de conciencia, dentro del cual integramos y transcendemos el anterior, por ejemplo, subir los muebles al piso de arriba. Pasar del estado mítico al racional...

Los niveles de primer grado son los siguientes:
1.Beige. Arcaico-instintivo. Nivel de la supervivencia básica (alimento, sexo, agua, calor, seguridad...). Apenas existe un yo diferenciado. Estos humanos se agrupaban en hordas.
2.Púrpura o magenta. Mágico-animístico. Pensamiento animista. Polarización entre el bien y el mal. Los espíritus están por todas partes y hay que satisfacerlos. Hechizos. Tribus étnicas. (Aún hoy día se dan estos tipos de humanos, y no muy lejos).
3.Rojo. Dioses del poder. Emergencia del héroe, ajeno a la tribu, poderoso, egocéntrico... es el surgimiento del ego. El mundo está lleno de espíritus míticos, dragones, ... muy poderosos. Fundamento de los imperios feudales (basados en el poder y la gloria). El mundo se divide en dominantes (señores que protegen) y dominados (los siervos de la gleba). Se hallan hoy en multitud de formas sociales.
4.Azul. Orden mítico. La vida tiene un sentido que no lo impone ni la magia, ni los héroes, sino un Otro que es todopoderoso. Este orden se sostiene en un código de conducta de principios absolutistas y fijos acerca de lo que está bien y de lo que está mal. Aceptar el código tiene su recompensa, violarlo su castigo. A menudo asume un aspecto religioso. Fundamento del pensamiento único, de las naciones, de las jerarquías sociales rígidas, del sentido de culpa, del fundamentalismo... se halla presente hoy en muchísimas estructuras y en muchísimas mentes. La Spiral Dynamis calcula que en el 40% de la población del mundo. Empezó en el Neolítico.
5.Naranja. Pensamiento racional y científico. En este nivel el yo toma conciencia de su individualidad, se libera de la mentalidad de rebaño, que tanto abundaba en el Medievo, y busca la verdad y el significado del a vida por su propia cuenta. No necesita de dogmas impuestos que aglutinen al rebaño2. El Mundo se presenta como una máquina que obedece sus propias leyes naturales y muy orientada hacia el beneficio material. Es el pensamiento de la Ilustración en general, pero también de la Bolsa, del mundo de la Empresa, de la Publicidad... Este pensamiento racional y científico se autoerigió en único en el mundo de Occidente y eliminó de un plumazo cualquier otra visión, sin pensar que todas ellas fueron las escaleras que ayudaron a los hombres a elevarse hasta ella. Y que todas contenían dentro un núcleo permanente de verdad. El 30% de la población está en muchos momentos en esta línea de conciencia.
6.Verde, también llamado del yo sensible. Este meme está centrado en la relación entre los hombres, en la llamada red de la vida y en la ecología. Sustituye la fría razón y los intereses materiales e individualistas por la atención a los demás y a la ecología, a la madre Tierra, Gaia. Es enemigo de toda jerarquía, pues piensa que ésta sólo puede ser fruto del abuso y del poder como paradigma del mal. “Presta atención a la espiritualidad, la armonía y el enriquecimiento del potencial humano. Fuertemente antijerárquico, igualitario, centrado en valores plurales...”3
Este pensamiento está presente en la ecología profunda, la teología de la liberación, el postmodernismo, la psicología humanista, los derechos humanos... y representa el 10% de la población.
Con la actualización del meme verde se da el salto hacia el pensamiento de segundo grado, al que hemos hecho referencia. Según Clare Graves se trata de un avance transcendental.
No podemos olvidar que estos niveles y todos no son propiamente niveles estáticos, sino como olas de conciencia en las que unas se solapan con las otras, aunque predomine una cresta, un pensamiento, una visión-creación de la Realidad. Y una ola engloba siempre la anterior, el meme verde engloba todos los anteriores, a la vez que los transciende y por tanto el mundo percibido y co-creado en este meme contiene a los anteriores, pero, a la vez, añade un plus que los anteriores no tenían. Así una célula transciende y engloba las moléculas, no las niega, sino que añade un plus que en la molécula no existe.
Además cada ola puede verse reactivada en respuesta a las circunstancias que se le presenten, ante un peligro puede ser activado el meme rojo, o el azul aunque la persona en concreto esté ya en el verde. Lo que no puede hacer cualquier meme del pensamiento de primer grado es darse cuenta de la existencia de los otros memes. Y así cada uno de ello piensa que su visión-co-creación del Mundo es única, exclusiva y la única válida.
El pensamiento de segundo grado apenas afecta al 2% de la población, es, por tanto, raro y es una auténtica vanguardia de la evolución colectiva del hombre. Esto afirman todos los estudiosos del tema con Beck y Cowan al frente. Sólo apuntaremos que en él también hay niveles, según han podido deducir estudiando a las personas que han llegado a esos niveles (los místicos), pero no sólo estudiando a otros, sino que algunos de esos estudiosos son verdaderos místicos que han seguido los pasos de otros místicos, han analizado sus propias experiencias y las han cotejado con las de los otros estudiosos-místicos para llegar a conclusiones comunes, como ha sucedido con buena parte de los integrantes del Integral Institute4.
Sobre estos niveles vamos a aportar algunos datos muy someros.
Por encima del meme verde colocan algunos que estudian la evolución de la conciencia el color turquesa, pero otros hablan de un color intermedio, el amarillo, o el esmeralda, pero a lo que se refiere a nuestro tema esto carece de importancia, así que los omitimos.

1.Turquesa, nivel en el que según Aurobindo se alcanza la mente superior o iluminada, la mente planetaria, una visión lógica intuitiva (no razonada)... y el espíritu es percibido (y se hace) holoarquía planetaria.
2. Añil. Mente global, iluminada (2º grado), espíritu como luz y amor infinitos.
3.Violeta. Metamente, claridad de la sobremente que engloba a todos los seres sensibles. Espíritu como interioridad radical y holoarquía infinita.

En el pensamiento de segundo grado, y sobre todo en los niveles añil y violeta la visión dual de la Realidad que tenemos en nuestra mente racional desaparece, las fronteras desaparecen, los enemigos desaparecen y por ello mismo las guerras desaparecen, y todo porque desaparece el otro, desaparece la dualidad. En el pensamiento de segundo grado caemos en la cuenta de que la Realidad no es dual, sino no-dual (que no es uno, pero tampoco dos). Hay un Sabio que afirma que la expresión de Jesús: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” dice: “Ama a tu prójimo como a ti (tú) mismo que es”. Jesús vivió los niveles más altos de la mística y experimentó y creó la no-dualidad de cuanto es. En una moneda nosotros con nuestra mente racional que no llega más que a la mitad de su evolución, vemos una cara y una cruz, pero entre ellas no hay separación, ni frontera, hay una sola realidad: la moneda. Lo mismo podemos decir del varón y la mujer, del tú y yo en el nosotros...En estos niveles de mente global, el místico no encuentra ningún yo, sino un Yo-yo, como decía Ramana Maharsi, o un Espíritu intimior íntimo meo que decía Agustín de Hipona.
Y nosotros caemos en la cuenta de que estamos fabricando un mundo incompleto, fragmentado y dividido con nuestra percepción racional de dualidad, de bueno y malo, bello y feo, varón y mujer, luz y obscuridad... No hay fronteras que separen, sino que unen y donde vemos bueno y malo lo que hay es ser, donde cara y cruz, moneda, donde luz y obscuridad, desarrollo, donde varón y mujer, hombre en el más pleno sentido de la palabra . El agua y la arena no se separan en la playa, sino que se besan... Y así, haremos del Kosmos un verdadero Universo no-dual.

Este desarrollo, o evolución, de la conciencia se ha ido desarrollando desde el Big Bang, y los niveles se desarrollan a través de ingentes cantidades de tiempo, aunque en la última parte de la evolución el desarrollo se hace más rápido.
Cada nivel ha tenido sus formas propias de desarrollo social y político, formas que en cada etapa fueron válidas y verdaderas y a las que no podemos juzgar desde la altura de conciencia que tenemos hoy. Mas, cuando se está en un proceso entre dos niveles, surge el problema, los más avanzados ven claramente las exigencias de un nivel superior que exige unas estructuras socio-políticas nuevas y una nueva conciencia que las administre, mientras que los que aún no se han movido del nivel anterior se oponen a todo cambio, que ni ven ni entienden. Y sin embargo, la conciencia continúa avanzando con paciencia histórica.
No nos vamos a entretener en las formas más primitivas, que van desde las hordas a las tribus, de estas a las pequeñas ciudades y más tarde a los imperios (Asiria, Egipto, Macedonia, Persia, Roma). Y finalmente a las naciones y al mundo globalizado, que son las formas actuales que nos interesan sobre todo en esta reflexión.
En definitiva, todo hombre no busca sino una respuesta y una solución para su sufrimiento y su libertad nunca acabada de realizar. Y es a esto a lo que en buena medida los partidos políticos han de dar respuesta, aglutinando y orientando lo colectivo.
Lo que ha sucedido y sigue sucediendo es que nos hemos movido y nos seguimos moviendo, tanto partidos como sociedad, en un terreno muy resbaladizo, en el dualismo en el que está inmersa nuestra mente, nuestro cuerpo, todos nosotros, y el dualismo al construir fronteras, está creando el enemigo y con él la ansiedad y el sufrimiento, el miedo y la falta de liberta. Los partidos están inmersos hasta tal punto en este dualismo que se han dividido entre sí, con visiones del mundo opuestas, a veces contradictorias y se han constituido en izquierdas y derechas (términos un tanto obsoletos), en progresistas y conservadores. División, fragmentación, separación, lucha...La manipulación ,la mentira y la hipocresía se han adueñado del mapa político... Cualquier cosa sirve para legar al poder y ¡qué poco se piensa en el servicio por parte de muchos políticos de profesión! ¿Es éste el camino para ayudar a la liberación del sufrimiento? Y entre tanto la sociedad sigue estando ahí, necesitando un liderazgo que la dirija hacia la libertad (¡qué mal empleada está esta palabra en muchas ocasiones!), o sea, la realización humana plena.
Estoy hablando de generalizaciones, que pueden ser orientadoras, que pueden servir para quizás fundamentar una acción política determinada orientada hacia lo no-dual, pero, sólo esto y nada más. Yo no soy un político profesional, sólo intento pensar desde la espiritualidad.

Si tu haces esta simple pregunta - Por qué sufren los seres
humanos? - obtendrás dos respuestas principales. La Derecha dirá, Sufres por ti mi mismo; la Izquierda dirá, Sufres por alguien mas.
Por ejemplo, ¿por qué son algunas personas pobres?
Ante esta pregunta se vuelven a dividir la Izquierda y la Derecha, los primeros ponen la causa del problema en lo exterior, y los segundos en el interior del individuo. Y se enfadan mucho unos contra otros.
El enfoque progresista de izquierda nace con la Ilustración, sobre todo con Rousseau y sigue con Marx. Según este punto de vista, los hombres nacen esencialmente libres y bondadosos, pero han de adaptarse a la sociedad y a la política que perpetúan la desigualdad social y la opresión. Para dar un ejemplo, el hombre más rico del mundo (quien sea en estos momentos) posee una fortuna más de un millón de veces superior a la de un obrero medio, y sería un disparate decir que ese hombre sea un millón de veces más listo, más trabajador, más sagaz... que el trabajador medio. Luego las diferencias entre las personas no justifican las diferencias de estatus y económicas, hay que buscar la causa fuera, en la sociedad que favorece excesivamente a algunos en contra de la mayoría. Y estos abusos en contra de la mayoría son los que han de ser corregidos buscando unas instituciones sociales más igualitarias.
La Izquierda, por ello, lucha por cambiar las estructuras sociales.
En este mismo sentido arguyen la filosofía y psicología humanistas, con Maslow a la cabeza.
El Conservador, que tiene sus orígenes mucho antes en el tiempo, en buena medida en la época de los Imperios, y se encarna de alguna manera, como en símbolo, en Freud (pese a la distancia en el tiempo son muchísimos hoy los que tienen la mentalidad mítica o conservadora, el salto hacia adelante cuesta una verdadera paciencia histórica) en cambio, piensa que la causa del desorden social está dentro del individuo, la causa es el sujeto no el objeto. Nacemos viciados, distintos unos a otros, jerarquizados, orientados hacia el mal. Las revoluciones no sirven para nada, pues dejan intactas las condiciones de la naturaleza humana. Por ello, si las instituciones objetivas son relativamente justas y democráticas no se ha de pensar en cambiarlas, lo mejor será dejar las cosas como están. Para los partidarios de esta visión política la falta de igualdad y de justicia social son absolutamente inevitables, pues son resultado de la propia naturaleza humana que es constitutivamente desigual, y los hombres unos albergan cualidades positivas y otros negativas.
Por lo que el Conservador recomienda desarrollo interior (educación del carácter, valores familiares, valores de Dios, diligencia, auto-responsabilidad, ética laboral); el Progresista recomienda desarrollo exterior (progreso material, redistribución económica, atención sanitaria universal, estado del bienestar).
Desde luego, hay toda clase de excepciones y mezclas. Pero más a menudo que no, esa es la diferencia básica genuinamente en la orientación socio-política entre el Progresista y el Conservador.
Esta es la razón por la que podrían ser llamado los Externalistas (Progresistas) y los Internalistas (Conservadores). Los E, que tienden hacia la izquierda política, dicen que los problemas sociales tienen que ser dirigidos a través de intervenciones exteriores (acción afirmativa, programas de gobierno para,reparar el daño del pasado y reforzar la justicia con los más desfavorecidos, como los inmigrantes...). Los I, que son proclives a ser conservativos, soluciones de estrés que requieren esfuerzos desde el interior: educación, trabajo duro, auto-motivación, moral, valores burgueses, gratificación aplazada, ...".
Vemos que los Conservadores tienen valores tradicionales ámbar (época del Imperio romano, en la que se formó la institución católica, que los asumió como divinos y definitivos ¡horror!, cuando sólo eran transitorios y temporales) muy fuertes. Por tanto, cuando dicen que el carácter cuenta, o que quieren inculcar valores en las personas, o que son el partido de los valores, casi siempre quieren decir sólo valores ámbar, valores tradicionales, valores etnocéntricos: nacionalismo, valores de familia, militarismo, patriotismo, patriarcalismo, mandatos bíblicos y moralidad de autoridad. No quieren decir valores verde, valores rojo, valores turquesa, etc.
Pero esa clase de movimiento político tradicional y conservador, fundamentado en la pertenencia mítica y el sistema de valor ámbar fue la forma de gobierno dominante para la mayor parte la la historia civilizada de la humanidad, oriental y occidental, desde el gran Periodo Axial (alrededor del SVI C.) hasta la Ilustración en occidente. Esta estructura de valor ámbar, y los sistemas de gobierno que soportaba, fueron los de los grandes imperios republicanos y las antiguas naciones, orientales y occidentales, del norte y del sur, siendo Roma una de las mas poderosas. Recordemos todos los absolutismos.
Pero el punto importante es notar que, precisamente cómo el espectro de la consciencia y la espiral de valores son constantemente regenerados - todo el mundo nace en el nivel 1 y empieza su crecimiento a través de la espiral como
existe en su cultura en ese tiempo - entonces, incluso en el mundo moderno naranja de hoy, los valores mágicos/magenta están todavía, y los valores egocéntricos/rojo, y los valores tradicionales/azul - y por tanto siempre habrá seres humanos que, parando en esas estaciones de valores en sus propias vidas, serán atraídos hacia lideres políticos, filosofías, y sistemas que dan voz a
estos valores - sus valores. Y así, como veremos, hay bloques rojo de votantes, y ámbar, y naranja y verde y así sucesivamente....
Empezando alrededor del 10.000 a. C., con la invención de la agricultura, la ola ámbar empezó a emerger, y consiguió una forma madura o dominante durante el primer milenio a. C. con Grecia y Roma siendo típicos, y continuó siendo el
modo dominante de consciencia ciertamente hasta las naciones nacientes que existieron en Europa en la era del Renacimiento. Desde luego, el punto total es que incluso si la cultura dominante de una sociedad es ámbar hay sin embargo, bolsillos de subculturas de todos los estadios primeros, donde muchas personas todavía residen, y un pequeño porcentaje en unos pocos estadios superiores también. Y así una cultura cuyo centro de gravedad es ámbar, todavía hallaremos grandes bolsillos de magenta y rojo al lado de ámbar, así como algunos naranja y verde. Sin embargo, la mayoría de sociedades tienen centro de gravedad y así un modo dominante de discurso que especialmente refleja la altitud de los sistemas gobernantes de esa sociedad.
Hasta alrededor del 1.200 a. C en occidente, el modo superior principal de consciencia promedio era ámbar tradicional. En sus formas sofisticadas, las grandes Repúblicas organizadas en ese estadio produjeron las raíces de los que hoy llamaríamos filosofía política conservadora – aristocrática, jerárquica, disciplinada, agrario-patriarcal, tradicional, orientada al valor ámbar, con énfasis en la defensa militar, identidad nacional, y religión etnocéntrica.
Pero empezando alrededor del Renacimiento y culminando con la Ilustración, un nivel enteramente nuevo de valores empezó a emerger - a saber, el sistema de valores naranja, moderno, excentricidad - y con él, un tipo radicalmente nuevo de filosofía política nació: el liberalismo.
El liberalismo reflejaba muchas cosas a la vez: un paso de las perspectivas etnocéntricas a las metacéntricas; de la monarquía/aristocracia a la democracia; de la esclavitud a la igualdad; de una sociedad informado por el mito a una informada por la ciencia; de un rol de identidad a una identidad del ego; del deber a la dignidad y el reconocimiento; de los valores etnocéntricos a los valores universales (especialmente la libertad, la igualdad, la solidaridad).
En resumen, involucró una transformación vertical en los niveles de consciencia: un paso de ámbar a naranja, de etnocéntrico a excentricidad, de convencional a pos convencional. Fue el nacimiento del liberalismo en la Ilustración moderna.
Pero, desde luego, la Ilustración occidental fue muchas otras cosas también, no todas ellas saludables. Sobre todo el llamado desencantamiento del mundo. Este desencantamiento no fue una definición de modernidad, sino de modernidad insana.
Pero con respecto a ese desencantamiento, ¿qué ocurrió? Que el arte y la moral quedaron reducidos a puras marionetas en el mundo de la ciencia, en el mundo sensoriomotor. El materialismo científico nació. La versión del mundo chato nació. Y el liberalismo nació con él. El liberalismo creció en la misma atmósfera chata, la atmósfera que reconocía solo los exteriores, solo la materia, solo las cosas que puedes ver ahí fuera - por eso precisamente, hasta este día, la mayoría de liberales solo puede pensar confortablemente sobre lo que tiene que ser fijado en los exteriores (tal como la economía) para hacer de la sociedad un mejor lugar. Pensar en los interiores fijados implicaría que algunos interiores son mejores o peores que otros, y los liberales normalmente reculan ante la implicación - paralizando así inadvertidamente cualquier desarrollo interior efectivo y centrándose casi exclusivamente en la ingeniería exterior de los sistemas sociales.
Pero hay también una razón muy positiva para la resistencia liberal a discutir el desarrollo interior, la separación de la iglesia y el estado. La filosofía política previa (el tradicionalismo conservador), procediendo de la ola mítico-pertenencia (ámbar) fue esencialmente una filosofía de la fusión iglesia-estado: el Faraón, Cesar o el Rey era o Dios o el representante de Dios, un sistema político de un solo partido y control enchufado en una religión etnocéntrica y en su único e incomparable Dios. El liberalismo deseaba ir más allá, desde este gobierno etnocéntrico al gobierno excentricidad basado no en los valores míticos religiosos o los valores familiares convencionales, sino en las libertades
posconvencionales extendidas a tantos individuos como sea posible. Por tanto la posición liberal general definitoria, cuando emergió por primera vez, es que el estado no promoverá oficialmente ninguna versión especifica o privilegiada de ninguna religión particular. Separación e la Iglesia y el Estado.
En términos simples, esto significa que el Estado no puede forzarte a pertenecer a ninguna religión. Previo a la modernidad, si pertenecías a cualquier religión diferente a la del estado-iglesia, tu existencia era tenue. A menudo, la cabeza del estado era también la cabeza de la religión (como fue cierto para muchos Faraones, Cesares, Khans, etc.), y así estar en desacuerdo con lo oficial era ser culpable tanto de crimen político de traición como de crimen religiosos de herejía, un castigo doble conocido por su crueldad. Recordemos la Inquisición, pero no olvidemos que la humanidad masivamente no había alcanzado el nivel naranja, influenciada como estaba por la institución católica y por el absolutismo de los reyes.
El Derecho precede a Dios, afirmaba en su postura el liberalismo - lo que significa, es tu derecho elegir tu propia religión, o ninguna religión. Es tu derecho, no el del estado, elegir tu versión de la buena vida. Por tanto, tu derecho precede a lo bueno, y puedes elegir cualquier bueno que quieras; mientras en las culturas tradicionales, la Buena vida (la religión) precede al Derecho_ la espiritualidad del grupo es la que tienes que aceptar, o la Diosa de la tribu es la que debes abrazar, o la religión del estado es la única buena permitida, y no tienes derecho a estar en desacuerdo
públicamente con ella o sin castigo severo, como se vio en tantos condenados por la Inquisición (Galileo, Hallaj, Giordano Bruno) - por no mencionar a quizás 200.000 paganos y brujas europeos quemados o apedreados por no adoptar la Buena vida correcta, la “religión verdadera”.
La separación de la iglesia y el estado pone fin a esa persecución. Es tu derecho adorar cuando, donde, a quien, a lo que, y como desees. El liberalismo, por tanto, recomienda lo que se conoce como la república procesal (donde el derecho precede a lo bueno), no la república sustantiva (donde lo bueno precede al derecho); y generalmente defiende las libertades negativas (la libertad de) mas coherentemente que las libertades positivas (la libertad para).
La posición liberal por tanto aboga por un tipo igualdad e incluso de igualitarismo. Pero en todos los casos, el énfasis está en la igualdad exterior y social. Las jerarquías interiores, las llamadas espirituales, aunque esta forma de hablar ha de ser revisada, son miradas con sospecha, como los interiores en general. Y, de hecho, en el liberalismo clásico de, digamos, Locke, los interiores son muy negados.

Pero hay una gran dificultad, una dificultad enorme con tal liberalismo: la propia capacidad de proteger y promover la igualdad universal es el PRODUCTO o el RESULTADO de varios estadios de crecimiento jerárquico interior (de egocéntrico a etnocéntrico a excentricidad - o de magenta a rojo a ámbar a naranja, por eso las democracias representativas no se muestran en ningún lugar de la historia hasta que el nivel naranja empieza a emerger).
La posición liberal que dice que todas la personas son iguales es en si misma un valor elite alcanzado solo por una minoría de la población en la mayoría de las épocas. El liberalismo es el resultados del desarrollo que comenzó en varios estadios jerárquicos anteriores que contenían elementos interiores, espirituales, y no sólo exteriores. Pero el liberalismo lo niega, pues niega todo lo interior, y todo ello porque surge del materialismo científico, del reduccionismo económico, que mantenía que todas las realidades verdaderamente importantes son ocasiones exteriores/sensoriomotoras.
Incluso los sistemas psicológicos que crecieron con el liberalismo ( el empirismo, el conductismo, el positivismo ) mantenían que el mundo interior no era nada excepto una serie de cuadros o representaciones del mundo exterior, que es el único mundo realmente real.
Desde el principio, el liberalismo por tanto entendió mal la génesis de su propia posición. Y falló en entender el hecho de que los valores liberales solo surgen a trabes de una serie de estadios de crecimiento interiores, anidados y jerárquicos del crecimiento.
Asia, el liberalismo trabaja muy duro para destruir el camino que lo produjo, todo el proceso de desarrollo interior de las anteriores etapas y en lugar de desarrollo interior, sólo admite desarrollo exterior que es el recomendado por el liberal del mundo chato. La mejora material y los cambios
económicos se convierten en los principales objetivos del gobierno - redistribuirla riqueza material, proveer el cuidado de salud física para todo el mundo, proveer el refugio físico para todo el mundo, proveer el alimento físico para todo el mundo, proveer el bienestar físico para todo el mundo. Todo lo cual es maravilloso, pero en si mismo, esto deja todos los valores, todos los interiores, todos los significados, todas las intenciones, toda espiritualidad, y toda profundidad para los conservadores, que a menudo representan una ola inferior el desarrollo (ámbar tradicional en vez de naranja moderno) pero que al menos no han olvidado los interiores!
El liberal entonces mira los valores conservadores típicos tradicionales-ámbar -que son etnocéntricos, nacionalistas, y patrióticos, pero que pueden caer fácilmente en homofobia y acoso a los homosexuales, sexismo y misoginia, militarismo e imperialismo - y dice, "Si eso es lo que queremos decir con instaurar los valores, entonces permaneceré fuera del juego de los valores" - fallando en ver que su propia ecuanimidad mundicéntrica es simplemente el siguiente estadio en la jerarquía anidada (u
horquillar) de valores desplegantes. El liberalismo así intenta escapar de los valores etnocéntricos, no abanderando transparentemente sus propios valores metacéntricos superiores (en si mismo lo Bueno), sino afirmando ser de valor neutral e igualitario, mientras de hecho está abanderando el siguiente estadio de la estructura de valores, la siguiente ola de los interiores, el filo de la vanguardia y el filo verdaderamente progresivo del desarrollo. Y a esto llama estar libre de valores y ser igualitario, mientras no es nada en absoluto.
El número de personas que están en el meme naranja o superior es menos del 30% en el mundo en general. Y el asunto en cualquier evento es que naranja mismo es un logro del desarrollo alcanzado solo en los estadios superiores, y si no llegas a esos estadios superiores, simplemente no generas liberalismo.

El caso es que, como vemos, los externalistas y los internalistas, los progresistas y los conservadores, los de izquierda y los de derechas ven al mundo y a la sociedad divididos en dos elementos enfrentados: el objeto y el sujeto, y ambos irreconciliables. El objeto está ahí, fuera de mí, es no-yo, mi negación. El sujeto es quien se enfrenta al objeto, soy yo, mi identidad, mi naturaleza que ya nace viciada, sea por el pecado original (para los internalistas católicos) o por cualquier otra causa. Y sujeto y objeto son siempre dos, el mundo está dividido en dos, y a partir de esta división que percibimos claramente, que nuestra razón ve se construye fundamentalmente la política dualista, la de todas las épocas.
Lógicamente yo, pobre de mí, no voy a proponer ninguna solución a un problema que lleva cientos de miles de años de existencia, con distintas características en cada nivel de conciencia o meme, como estudian los entendidos en el tema, simplemente quiero apuntar una reflexión que, por otra parte, no es novedosa, orientando, o tratando de enfocar la mente humana hacia los memes superiores con los que ni los conservadores ámbar, ni los liberales progresistas han contado en la historia de la humanidad. No pretendo afirmar que los místicos, y quede esto muy claro desde aquí, hayan de ser políticos que nos gestionen los asuntos públicos, sino que los políticos aspiren a la mística y se inspiren en ella, e incluso que algunos sean verdaderos místicos, como podemos afirmar de Gandhi o Mandela.
Dicho esto, entramos en la tercera parte de esta reflexión: la visión no-dual de la sociedad y del Universo.

Ya hemos dicho algo sobre la visión no-dual, aquella que no ve fronteras que separan, sino unidad que enlaza, aquella para la que no hay consideración de objeto y sujeto, sino de Totalidad en la que no hay separación, el objeto se integra en el sujeto formando un todo superior, como sucede en los átomos que se integran en las moléculas, o éstas en las células y ni los átomos, ni las moléculas desaparecen, sino que aparecen formando un nuevo cuerpo, que no existiría sin los elementos previos.
Esta es la visión transcendente, que se alcanza en los memes superiores, del turquesa hacia arriba. Visión que pone el problema de la falta de libertad y del sufrimiento de los humanos no en algo que el objeto haga con el sujeto, ni en la naturaleza del mismo sujeto, sino en la existencia de la dualidad previa que existe en nuestra mente entre objeto y sujeto. Por tanto, de lo que se trata no es de reprimir al yo, sino de transcenderlo, de ver a través del yo. Nosotros estamos convencidos, y con este convencimiento ha vivido la humanidad siempre, salvo las excepciones de los místicos, de que somos un “yo”, un yo verdadero, una identidad frente a todos y a todo. Pero, esto no es más que un error de nuestra mente que nos sitúa en el núcleo del sufrimiento y de la falta de libertad verdadera. Y al estar convencido de que somos una identidad, una persona independiente del resto aparece en seguida la ansiedad y el miedo, ansiedad porque somos autoconscientes y sabemos de nuestra temporalidad, y miedo al otro al que juzgamos como el enemigo que ataca nuestro yo.
Y así hemos actuado en el mundo político. El externalista lucha contra las instituciones para eliminar la ansiedad, y no es malo que así se haga, pero siendo conscientes de que la ansiedad esencial no desaparecerá luchando contra las instituciones, sino transcendiendo la identidad, mejor, esta sensación de identidad separada (del Universo, del Todo) que tenemos. Insistimos en que una distribución de los bienes de la naturaleza más equitativa puede provocar mucho bien. Igualmente en los ámbitos de la psicología y filosofía humanistas todas las terapias lo provocan, pero, no se trata de la solución definitiva.
Por otra parte, no se trata de que la naturaleza humana sea por sí misma agresiva, llena de ansiedad, falta de libertad...
sino de que donde están estos desórdenes es en la sensación de identidad separada (del Todo). Por ello, los humanos vamos buscando nuestra verdadera identidad (Cristo, Atman...) como afirma Pablo: “Mas ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí”, que vamos colocando en distintos objetos, cosas, valores según vas evolucionando nuestra conciencia desde el nivel arcaico-beige hasta llegar a la identidad con el Absoluto, Dios, Tao, Vacío, Trinidad...
Todos estos sustitutos de nuestra verdadera identidad no solucionan el problema del sufrimiento, ni de la libertad, como pretenden los partidos políticos de uno u otro aspecto. Porque mientras no transcendamos las fronteras el problema de la ansiedad y el miedo permanecerá.
Vemos como los políticos de uno y otro bando, más o menos desarrollados en la escala (o espiral) de la conciencia, más o menos aferrados a sus posturas, unas integristas y faltas de desarrollo, y otras nacidas en un mundo chato (falto de interioridad) que las incapacita pese a su desarrollo externo no pueden dar una respuesta plena al miedo estructural del hombre, a su falta de real libertad, y así, se van conformando con dar paliativos sustitutorios, como bienes materiales y sociales (muy necesarios por descontado, pues son reformas que se llevan a cabo en los niveles inferiores del desarrollo), o interioridades obsoletas que no dan respuesta a las exigencias de la sociedad más avanzada, y menos, respuestas con proyección hacia la verdadera Identidad de los hombres en su desarrollo hacia el Absoluto que ellos tratan de estancar, sin pretenderlo y sin saberlo.
El místico es quien se sitúa en el equilibrio entre los dos polos en los que nuestra mente dualista ha dividido la Realidad, y podría ser claramente quien orientara a la sociedad hacia su verdadero desarrollo. “El el místico quien posee el verdadero sustrato que puede reconciliar los dos polos... Así pues, desde nuestro punto de vista la solución definitiva a la falta de libertad no reside en los Externalistas, ni en los Internalistas, sino en la respuesta mística del despertar, de la metánoia, del satori...”(Wiber).

El hombre es una criatura sufriente, porque es autoconsciente, pero pueden dar un nuevo paso hacia adelante y transcender el yo y con él la muerte, tornándose identidad con lo Divino, como afirmó Plotino y con él todos los místicos. Si los políticos pierden de vista esta realidad, nos tendrán siempre orientados hacia el sufrimiento.

“El Padre y yo somos Uno” este yo referido a Jesús de Nazaret en el texto del evangelio y en la tradición de la institución católica, se hace universal en el Cristo resucitado. Todos somos ese Yo.

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