miércoles, 18 de noviembre de 2009

Nuestro nuevo nietecito: PAU

El pasado día 12, jueves, fuimos regalados, Paqui y yo, con el nacimiento de un nuevo miembro en la familia nuclear de mi hijo. Nos ha nacido un nietecito, PAU, el segundo hijo de nuestro hijo.

El amor que siento por nuestra primera nietecita, LAIA, no sólo no se ha visto menguado o repartido, sino intensificado, como el fuego que se reparte (que no mengua, sino que se multiplica).

Nuestros nietos son hoy una concreción de mi propio ser radical, el Amor. Concreción hecha manifestación en el gozo de ser para ellos y en ellos.

A nuestro Pau lo he recibido con estos versos


PAU

Un Misterio, que resuena
y que estremece mi alma,
te envuelve a ti, mi Pau,
y en Silencio me regalas.

Un halo de luz divina
se trasparenta en tu cara,
que me habla y me descubre
los secretos de tu Calma.

Calma que tu nombre escribe,
Calma que en tus manos habla,
Calma que tu cuerpo vive,
Calma que tu aliento plasma.

Calma que penetra hondo
por mis rincones del alba
e ilumina con su Paz
mi vida ya avanzada.
Porque es mi gozo en tu Amor
y en el Amor a tu hermana.
Gozo que alegra mis años
y por mis carnes avanza.

Aunque ha muy poco tiempo
de tu querida llegada,
he percibido en mi adentro
estas tus huellas bien claras.

Que me interpelan de Amor,
de la Renuncia callada,
del Sacramento que somos,
de la Luz y de la Gracia.

Y ese Misterio y Silencio
que acoges en tus entrañas
me hace vivir esta vida
injertada en la Esperanza.
A mi muy amado nietecito
En los albores del alba.
15/11/09