miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿El hombre sólo es un animal racional, o el ser abierto al Misterio?

 ¿El hombre es el ser abierto al Misterio?


Desde que Aristóteles, a quien admiro mucho, definiera al hombre como "animal racional" y esta visión pasara a toda la filosofía posterior a través de la escolástica, el nous (la impronta de lo divino) del que nos habla Platón sufrió un parón, pienso yo. Es cierto que en los siglos anteriores a la escolástica, abundó el neoplatonismo en Occidente -con mayúscula-, pero a partir de Ibn Sina y sobre todo de Tomás de Aquino dejó de tener una influencia apreciable en el pensamiento occidental. Por ello toda la filosofía que conocemos y que recordamos de nuestra juventud nos habla de la racionalidad del hombre, sin olvidar nunca su animalidad. Ayer oí decir a Punset, el divulgador científico de moda en la actualidad en los mass media, que el hombre es un animal evolucionado. En definitiva: un animal. Por supuesto que no pienso negar esta afirmación tan común, sólo apuntar a que si consideramos al roble como una bellota evolucionada -en definitiva: una bellota- estamos empobreciendo mucho nuestra visión mental del mismo. ¡Y en este caso estamos hablando de un árbol! Mientras consideremos al humano a partir del comienzo -animal- y no como proyección hacia el final evolutivo -abierto al Absoluto- estaremos impidiendo, o al menos entorpeciendo, su propio desarrollo.

Todas las definiciones pecan por castrar aquello que es definido. Definir es construir límites, de-limitar, de-finir (finis). Y ello es bueno y necesario sobre todo para la mente científico-empírica-sensitiva, pero no lo es quedarse en ello, una vez hecha la definición hay que recuperar la globalidad. Si queremos analizar algo, lo delimitamos, pero esto conlleva perder la visión de universalidad: nos centramos en el síntoma, perdemos de vista al hombre, al ser humano. Definir es determinar la diferencia específica de algo que es común a muchos, o sea, decir: hasta aquí llega. La definición en nuestra cultura es excluyente, no mira hacia el ser, hacia lo universal, mira hacia dentro, hacia lo individual.

Así, para nosotros el hombre ha devenido un animal más desarrollado que otros simios, un animal dotado de razón: capaz de razonar. ¡Si todos los hombres fuéramos capaces de razonar! ¿Dónde quedarían la ambición, el interés económico, la homofobia, las guerras, las hambrunas...? Pero, ni eso. Y lo que entiendo más lamentable aún, muchos científicos se han dedicado a la exaltación de la animalidad solamente: el hombre es un simio con suerte. En nuestra cultura hemos cortado las alas al ser humano ¡y no puede volar! Pero, claro, volar es una mera ilusión infantil.

Mas el hombre es algo más que un animal que puede razonar. Es una vida abierta al Infinito, al Misterio, al Absoluto, una vida que va más allá de la mera persona ¡El hombre vuela! Miremos a los que han volado y podremos ver que no es una ilusión infantil: Jesús de Nazaret, Lao-Tse(i), Shankara, Buda, Mahoma, Eckhart, Teresa, Francisco, Rumi, Teresa de Calcuta, Mandela, Ghandi, Vicente Ferrer, decenas, centenas de miles, actuales todos aunque muchos hayan muerto. Volar alto, como dice Juan de la Cruz, es la esencia del hombre.

El hombre es ante todo “capax Dei” decían los neoplatónicos. Nuestro quehacer personal, y por lo mismo social, es en esencia ahondar en esta capacidad, en este Abandono, en este dejar que se abra la puerta para caer en la cuenta de que tras la apariencia es el Misterio, no meramente está. Para caer en la cuenta de que nuestra esencia es transcender lo sensible, lo razonable, lo inteligible... y palpar que somos Agua del Océano, no solamente olas, y mojarnos en Ella pues su manifestación, como olas, somos. Caer en la cuenta de que la apariencia ya es el Misterio. No existen límites, sino un Vacío de Libertad inmensa. Lo solemos llamar Dios.


José A. Carmona

sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Podemos hablar de jerarquías?

¿Jerarquía?
¿Superior e inferior?


Vivimos en una época convulsa, muy convulsa pero muy apasionante y ¿tratar estos temas a quién le puede interesar con lo que está cayendo? Pues, precisamente porque está cayendo mucho, posiblemente a causa de la ambición monstruosa de muy pocos, es necesario aportar luz para mantener algo de calma y visión de profundidad en la tormenta. Se habla exclusivamente de lo económico y se presenta la “crisis” como meramente económica... Yo no puedo aportar nada en la visión económica, pero entiendo que sí lo puedo en estos temas que trato y que son, a mi juicio, fundamentales para la persona, a parte de que los mismos sufren una verdadera “crisis” (situación de dificultades inmensas) desde hace algunos siglos. En lo que respecta a lo cultural -lo que ha hecho y hace la humanidad con su interioridad colectiva- tenemos en nuestros días, por primera vez en la historia, acceso a todas sus formas pasadas y presentes, y ello que es en general algo muy positivo puede llegar a descentrarnos un poco. En esta convulsión la palabra “jerarquía” (superior-inferior, mejor-peor) vive tiempos muy duros. Los ecologistas, los ecofeministas, los postestructuralistas postmodernos... encuentran la palabra “jerarquía” como algo indeseable, y hasta nosotros llega su “olor”. Y sin embargo, muchas ciencias, entre ellas las sistémicas, hablan abiertamente de jerarquías.

Escuchaba yo, hace pocos días, una entrevista que una reportera de televisón española hacía a uno de los arqueólogos de Atapuerca. En el transcurso de la misma la periodista se dirigió al experto preguntándole: ¿Entonces, nuestra raza humana actual es superior a la del hombre de Atapuerca? A lo que éste respondió estas palabras u otras muy similares que significaban lo mismo: “hay que desterrar de nuestro lenguaje esas palabras superior o inferior y utilizar en su lugar la palabra distinto. No hay superior, ni inferior, simplemente las cosas son distintas unas de otras”.

Es un juicio éste recurrente en nuestros días. Recuerdo en estos momentos que una noche, en la isla de Creta, mantuve una discusión con una psicóloga sobre este mismo tema. Ella afirmaba que era muy peligroso hablar de cosas, personas, valores... superiores a otros u otras, que había que sustituir la palabra “superior” por la palabra “distinta”. Cuando le puse el ejemplo de que, siguiendo su teoría, el terrorismo simplemente sería distinto de la entrega generosa a favor de los demás, pero no peor (por supuesto que no mejor), me contestó que las cosas no había que llevarlas hasta el extremo. Y en las conversaciones ordinarias, en las de cada día, he encontrado a muchas personas de muy buena fe que se niegan a afirmar “esto es mejor”, “esto es peor” porque todo es “simples opiniones”, todo es relativo. “Las cosas son simplemente distintas, no mejores o peores” afirman insistentemente. Con lo cual están cayendo en una flagrante contradicción, pues su afirmación tiene para ellos el carácter de ser al menos mejor que la contraria, si no, no la propugnarían. Si entienden que su afirmación es válida, no deben oponerse a quienes opinan que se da lo superior-inferior, lo mejor-peor..., serían -en función de su norma- simplemente opiniones distintas, no peores, y por lo mismo igualmente buenas, válidas.

Creo que esta tendencia a negar la existencia de lo “superior” (sea del orden que sea), que conlleva la negación de la calidad (hoy se ha sustituido por la cantidad: votos, asistencia, ventas, seguidores...) y que puede llevar, seguido hasta el extremo, a un pasotismo-nihilismo, nace con muy buena intención y con mucha falta de visión crítica, al menos de la globalidad, y de profundidad analítica en lo que se sabe de la evolución. Es una reacción de los “memes verdes” -más adelante explicaré esto- que en su buena voluntad de igualitarismo se vuelven contra sus propios fundamentos -los memes anteriores: naranja, azul, rojo...-, cerrándose así toda posibilidad de ser, porque los destruye, y toda posibilidad de desarrollo porque niega la misma existencia de los memes del pensamiento de segundo grado, los que le siguen: amarillo, turquesa.... Y quizás también, de una confusión entre diversos tipos de jerarquías, las de dominio -represoras- que sin lugar a dudas han de ser eliminadas, y las de desarrollo que son constitutivas del Ser. Una cosa es la transcendencia y muy otra la represión. Meterlas ambas en el mismo saco es como mínimo algo estúpido. Por algo al meme verde se le llama el “yo sensible”.

Los que se oponen a la utilización de la palabra jerarquía, una verdadera multitud como he anticipado, lo hacen porque piensan que toda jerarquía conlleva un categorización de las cosas y en toda categorización unos valores “oprimen” a otros (el llamado superior al llamado inferior). En su lugar proponen hablar de heterarquía (el gobierno de los otros incluido yo: de todos). Pero no niegan la necesidad de priorizar lo más importante. Yo me pregunto si la priorización no es ya una forma de jerarquización, sea el motivo el que sea. Sin duda alguna entiendo que tienen estos que rechazan todo tipo de jerarquías razones, y algunas muy serias, para hacerlo. Son fundamentalmente ecologistas y teóricos sociales y en los objetos de sus estudios aparecen cosas muy importantes: la vida es una red, un entramado, un conjunto de tejidos relacionados entre sí. Y lo mismo es la sociedad, que se ha de liberar de las opresiones padecidas en el pasado por regímenes autoritarios y totalitarios. Opresiones que destruyen la Red de la Vida. Las nociones “más alto” “más bajo” (superior e inferior) pertenecen al viejo paradigma de interpretación del mundo, el nuevo sólo habla de “red” y de “trama de la vida”.

Digo que a estas razones les falta llegar más hondo en el conocimiento de las ciencias de la trama de la vida, les falta darse cuenta de lo que esas ciencias dicen: la jerarquía es el principio básico sobre el que se organiza todo. Dicen que no puede haber totalidad -y por lo mismo trama- sin jerarquía, de lo contrario sólo tendríamos montones. Una totalidad es algo muy distinto de un montón. En la totalidad hay organización, en el montón acumulación, y la organización supone un ordenamiento: el brazo ha de cumplir una misión que no es la del corazón, ni la de éste es la del cerebro. No basta enlazar, hay que organizar. ¡Claro que organización no es estructura! Es jerarquía flexible.

Razono mi postura

La palabra “superior” y su polo opuesto “inferior” son formas comparativas de los adjetivos latinos: superus (lo que está arriba), inferus (lo que está abajo). Y como tales formas comparativas ya en su origen están significando una jerarquización: el piso séptimo está más arriba (superior) que el segundo que está más abajo (inferior). Nada más. Y de este significado puramente material pasó a significar una jerarquización en la bondad (mejor-peor), en la autoridad (superior-números), en los valores éticos...

Toda las líneas de pensamiento, valores, moralidad, kinestesia, estética... a lo largo de la historia están plenas de esta estimación superior-inferior. Lógicamente no me voy a dedicar a reflexionar sobre cada una de ellas. Quiero referirme a la evolución, sobre todo filogenética, de la conciencia humana. Todo lo que diga sobre la filogenia es igualmente aplicable a la ontogenia “mutatis mutandis”. Decir que la conciencia de un bebé de dos días es sólo distinta y no inferior a la de un adulto creo que es insostenible. Por favor, el estado de confusión del bebé en sus primeros días es muy inferior en el nivel de conciencia y en el cognitivo al de las operaciones formales del que habla Piaget. Para los ecologistas sistémicos sólo se trata de la Red de la vida, todo ser viviente vive y su vida es la misma. Estamos igualando al universo pero por los pies, cortando las cabezas y mucho más: por supuesto que una ameba tiene vida, está en la red de la vida, pero la vida del mamífero tiene todo lo que tiene la vida de la ameba y algo más y también tiene toda la fisiología de una piedra y algo más. No queramos igualarlo todo cortando ese algo más. La evidencia no hay que demostrarla sino mostrarla. Aunque A sea B, B no es A. Todo A está contenido en B, pero no todo B lo está en A. Para los cristianos: Jesús es el Cristo, pero el Cristo es más que Jesús (Jesús + exaltación, Jesús + Misterio atemporal y aespacial).

El Dr. Clare Graves nos dice que lo que propone en su obra “es que la psicología de un ser humano maduro es un proceso de despliegue en espiral que va emergiendo en forma oscilante, marcado por una subordinación progresiva de los sistemas de comportamiento del “viejo” orden hacia los de “nuevo” orden, en la medida que los problemas existenciales de la persona cambian”. Con sus trabajos preparó las bases para la interpretación de la Dinámica Espiral de Beck y Cowan. Sus estudios son aplicables a muchos campos, biología, psicología, sociología, cultura, mundo laboral... y en ella quiero fundamentarme para mostrar lo insostenible de la negación de toda jerarquía, en concreto de la jerarquía del Ser, la de evolución. Por descontado que las jerarquías de opresión son patologías que hay que desterrar.

Dawkins, es un activista radical a favor del ateísmo, etólogo eminente, pero ignorante supino de la realidad espiritual a la que ataca. En apoyo de su tesis tengo que decir que en muchas de sus afirmaciones en contra de la ilusión de Dios que ha tenido la humanidad a lo largo de la historia, como dice en su libro El espejismo de Dios -Dhe God Delusion-, estoy de acuerdo, pero entiendo que se equivoca radicalmente al identificar a Dios con una concepción de dios que sin duda está superada en el nuevo paradigma teológico, no digamos en los no teológicos y en las experiencias místicas, y que, como ya he dicho en otras partes, sirvió a los hombres de aquellas épocas y culturas en las que se planteó. Él fue el creador de un neologismo que utilizaré con frecuencia en lo que queda de escrito: la palabra “memes”. La creó por su similitud con otra palabra: “genes”. Afirma que de igual manera que estos -los genes- contienen la información genética que se transmite biológicamente, aquellos -los memes- contienen la información cultural que también se transmite pero por la enseñanza y la asimilación. Con la diferencia de que los genes son naturales y no construidos, mientras que los memes son construidos, son construcciones nuestras, pero colectivas y elaboradas a través de mucho tiempo.


Algo sobre los memes.

Podemos afirmar con Wilber que un meme es simplemente “un estadio básico del desarrollo que puede expresarse en cualquier actividad” (Una teoría de todo). En nuestro caso aplicamos el concepto a los estadios de la evolución de la conciencia “óntica” -no moral- de los humanos a lo largo del desarrollo (no es el mismo nivel de conciencia el de un homínido del Pleistoceno que el de un hombre (no significa necesariamente varón, sino nacido de la tierra: varón/mujer) de nuestros días. Se ha de tener en cuenta que estos niveles no son simétricos o tipos definidos, sino espirales u olas en las que se mezclan distintos aspectos. Así en la misma sociedad e incluso en el mismo individuo se puede mezclar distintos niveles en según qué sentimientos, actividades o líneas de desarrollo. De hecho estamos hartos de constatar la multitud de niveles que coexisten en nuestra sociedad y en nuestro mundo, incluso dentro de nosotros mismos.

Graves habla de los niveles (o memes) de subsistencia o del pensamiento de primer grado, y niveles del ser o del pensamiento de segundo grado. La gran mayoría de las personas interesadas en estos temas ya saben cuál es el núcleo de la enseñanza de la Dinámica espiral, y ya me he referido a ella en otros escritos, pese a ello, recuerdo brevemente lo que dice sobre las olas o memes de desarrollo.

Niveles o memes de subsistencia o de pensamiento de primer grado:

1 -Beige o arcaico-instintivo: el de los recién nacidos, el de los locos, el de las primeros grupos humanos en las cavernas (Pleistoceno, Paleolítico inferior...) que salían a la caza del bisonte...

2 -Púrpura o animista. El de las tribus étnicas, de las maldiciones, hechizos, vudú. Tiene mucho de mágico. En éste habría que incluir las bandas, los fanáticos (sean de lo que sean). Pienso que aún quedan entre muchos de los que se llaman religiosos. Me acuerdo de la práctica de los primeros viernes de mes no tan lejana en el tiempo, “apariciones y milagros” populares...

3 -Rojo: el poder identificado con Dios -un otro que ha hecho el mundo y que lo puede todo-, o con un líder, dictador... Los cuentos de hadas y los príncipes salvadores de la maldad del mundo, los señores feudales, los héroes. Un salvador más allá de nosotros mismos. Tiene mucho de esto, a mi juicio, la “doctrina” agraria y feudal que enseña la iglesia católica.

4 -Azul: conservación del orden creado en el mito _¿Dios? Me refiero al dios fabricado por nosotros y del que afirmamos que somos su imagen, no al Misterio que experimentamos en el Silencio del Ser- Por descontado que no me estoy refiriendo al mito esotérico. La vida tiene un sentido impuesto por otro. Y ese sentido hay que conservarlo. Tiene este meme códigos fijos de lo que está bien y de lo que está mal. Es conservador a ultranza. Las instituciones religiosas –y algunos partidos políticos, ¿todos?- están inundados por muchas conciencias de este nivel. Mentalidad de rebaño.

5 -Naranja: meme del logro científico. Exaltación del individuo que busca la verdad por el nivel científico. Visión mecanicista del mundo que funciones según unas leyes naturales, que la ciencia descubre y aplica a todo. Búsqueda del beneficio material. Lo que importa es ganar, triunfar, el éxito, el dinero y lo que éste puede conseguir. Ejemplos: la banca, la bolsa, el cientifismo, el capitalismo neoliberal que está centrado en el individuo, las competiciones deportivas, las olimpiadas, los premios literarios...

6 -Verde: el yo sensible. El de la conciencia centrada en la relación, en la sensibilidad ecológica, en la red de la vida, en el respeto y cuidado por el planeta tierra, en la igualdad universal. El individualismo es sustituido por la atención a los demás, por el respeto (re-spectare: ponerse en el lugar del otro). Es un meme que potencia el diálogo y se opone a toda dominación. Es igualitario, antijerárquico, espiritual en el sentido coloquial, multicultural. Relativiza los valores... Está presente en el ecologismo, en la teología de la liberación, en los movimientos de defensas de los derechos humanos, de los derechos de los animales... El postestructuralismo lo ha potenciado fuertemente.

Hasta aquí los memes de subsistencia o de pensamiento de primer grado.

Con la llegada al meme verde, dice Graves, la conciencia humana da un paso transcendental, un paso que le permite llegar a profundidades de significado anteriormente insondables, porque puede pensar en la doble dimensión de la evolución: la horizontal y la vertical. Pero esto, a mi juicio, no se da más que en la elite de los que han conseguido este nivel de conciencia, que está cercano al meme siguiente: el integral, la inmensa mayoría de los que han accedido al yo sensible -se calcula que unas pocas decenas de millones sobra más de quinientos millones en occidente- no son capaces de percibir, al menos con suficiente claridad, todo el espectro completo de la evolución de la conciencia. Lo que suele suceder en éste como en el resto de los memes del pensamiento de primer grado es que no se dan cuenta de la existencia del resto de los niveles de desarrollo. Hemos dicho hasta la saciedad que cada ola de desarrollo incluye y transciende a sus predecesoras (el meme naranja incluye y transciende al azul), o sea que cada una añade algo que en la anterior no había -esto es la transcendencia-, pero a la vez la mantiene dentro de sí. Es claro que si al mantenerla le añade algo más, la transforma, el cuerpo humano mantiene la fisiosfera pero humanizada -el carbono, el silicio, el oxígeno se hacen “bios” no meramente piedras, metales o elementos-.

La conciencia, pues, al llegar a cada nivel considera que su visión del mundo es la única adecuada, la verdadera, y se siente amenazada cuando se le opone otra visión propia de otro nivel. Reacciona agresivamente ante las visiones de otros niveles. Todos los movimientos fundamentalistas, y no sólo los religiosos, dan clara muestra de esta conclusión. En cada grupo o sociedad impera el nivel de conciencia de la mayoría, y la clara mayoría de los partidos políticos apenas rozan el naranja, están en el azul (estoy hablando de nivel de conciencia óntica, no de conocimientos académicos). No digamos los mercados financieros. La única opción para que transciendan su nivel no es razonarles, no pueden atender a razones, no las asumen (están enquistados en sus visiones, en su afán de poder), sino poblar la sociedad de gente con niveles de conciencia más elevados. Trabajo que necesita paciencia histórica. Siempre la ha necesitado la evolución y más la de la conciencia.

Y el meme verde que es conciencia de la igualdad esencial de todo cuanto es, reacciona contra la jerarquía, reacciona contra toda excelencia, contra toda autoridad-poder. En una palabra, reacciona contra todos los memes anteriores y sus valores, negándoles validez e incluso la existencia. Su afán por la igualdad le lleva a romper con sus raíces y se queda totalmente en el aire. Mas por otra parte, como aún no se ha abierto al pensamiento de segundo grado e imbuido por la negación sistemática de toda transcendencia propia del meme anterior: el naranja, se cierra el paso a sí mismo ante los memes posteriores: integrador y holístico. Memes que perciben claramente la presencia de jerarquías y por lo mismo de transcendencia, jerarquías amables que no oprimen sino desarrollan, cobijan, aman.

Los investigadores de la conciencia citados hablan de que en el pensamiento de segundo grado hay al menos dos niveles de conciencia, dos olas o espirales que pertenecen lo mismo que todas a la espiral de la evolución.

Los niveles del pensamiento de segundo grado

7 -Amarillo: integrador. A la conciencia de este nivel la vida se presenta plural, caleidoscópica, con multitud de formas naturales. Su principal prioridad está en la flexibilidad para respetar la espontaneidad y la funcionalidad. El igualitarismo del meme verde se mantiene pero se complementa con un ordenamiento y la excelencia no del poder, sino de la idoneidad, en la que mucho tiene que ver el conocimiento. En el orden mundial prevé necesariamente un gobierno adecuado que facilite la emergencia de entidades de distintos niveles cada vez más complejos. Jerarquías por lo tanto, que potencian el desarrollo. Jerarquías anidadas que abrazan ascendiendo. Son muy pocos los humanos que han accedido a este nivel.

8 -Turquesa: holístico. Integra sobre el anterior el sentimiento al conocimiento. Es consciente de que el orden mundial (por tanto jerarquía) no se puede basar en normas o reglas externas (azul), ni en lazos del grupo (verde), ni en las leyes de la ciencia y el individualismo (naranja), sino en una gran unificación (no uniformidad), en una nueva espiritualidad que englobe la existencia entera. En definitiva es la consciencia mística que es consciente en cada momento de toda la evolución. Los que han accedido a este meme son aún menos que los del anterior. Quizás unas decenas de miles en toda la historia. Clarísimamente Jesús de Nazaret.

En la evolución todo ascenso ha tenido que vencer la inercia a moverse del paso anterior. “Los paradigmas viejos no mueren hasta que lo hace el último de sus defensores” (Planck). Y la humanidad más desarrollada en cuanto a conciencia óntica está ahora en los niveles azul, naranja, y unos pocos millones en el verde, por lo que todavía opone mucha resistencia a ascender al nivel de segundo grado. Hablo de los individuos humanos, no de las instituciones que están mucho menos evolucionadas, muchas en el nivel mágico. ¡Es curioso como se identifica FE con magia o con aferrarse a un clavo ardiendo! ¡Nunca con libertad absoluta! El “crede ut intelligas” del Aquinate. Esto hace que la conciencia integral-holística tenga enormes dificultades para ir emergiendo en la sociedad. Algo que explica la violencia que el conocimiento científico emplea en defender su reduccionismo sutil: “la mente es el cerebro”, “el espíritu no es más que un invento de la conciencia infantil o puros juegos neuronales”, “la salud es el buen funcionamiento de las células, órganos”..., y que explica, no justifica, lo rancio y casposo del meme azul defendiendo los “valores de siempre”, lo torcido de su interpretación de que cualquier intento de renovación y superación se vea como un ataque al “Orden establecido” convertido en dogma. Y explica, no justifica, la persecución del meme verde a todo tipo de jerarquía e incluso a la misma palabra. Muchos metidos dentro de la burbuja y llenos de “buenismo” hacen proselitismo de ello. El reduccionismo sutil impregna nuestra cultura académica, está implantado en nuestras universidades (la sabiduría no aparece en ellas, sólo el conocimiento), en los canales de las televisiones se potencian exclusivamente los conocimientos científicos (caso Punset) a la vez que se da un olvido total, o casi (excepciones en programas elitistas), del humanismo y no digamos de lo místico y lo llamado espiritual (como si lo científico no fuera también espiritual). En todo caso lo espiritual se suele tratar de forma ridícula -como magia- en canales minoritarios.

Hablar del meme verde es hablar de pluralismo, relativismo, multiculturalismo, descontruccionismo, antijerarquía... Y en muchas cosas el pensamiento del mismo ha conseguido corregir abusos y patologías. Corregir desequilibrios sociales, aún queda muchísimo por hacer, evitar marginaciones. Y ha efectuado críticas muy serias a la filosofía, como ha hecho el postestructuralismo con Foucault (él no aceptó que lo clasificaran dentro del postestructuralismo) y otros. Pero junto a estos y otros grandes aciertos hoy se le acusa de grandes desviaciones.

El relativismo que propugna llega a ser tan radical que es puro subjetivismo, niega cualquier realidad objetiva. Por lo que su visión de la verdad, al no tener ningún punto de referencia en la verdad más allá del subjetivismo, o en un conocimiento universal, es totalmente arbitraria. Solamente se apoya en el mismo individuo: “esto es verdad porque a mí me lo parece”, o la frase tan frecuente entre nosotros: “esa es mi verdad”, “cada uno tiene su verdad” (vaciando de contenido la palabra verdad) . Así que cada persona es libre de encontrar sus propios valores (me recuerda a Groucho Marx: “Estos son mis valores, pero si no les gustan, tengo otros”). Y en este maremagnum de relativismo pluralista total la palabra jerarquía es condenada por una gran mayoría. Dice Colin McGuinn, filósofo británico de nuestros días que ha trabajado sobre la filosofía de la mente, refiriéndose al relativismo pluralista postestructuralista: “Según esta concepción, la razón humana es intrínsecamente local, culturalmente relativa, arraigada en lo hechos cambiantes de la naturaleza y la historia humana... No existe ninguna norma de razonamiento que transcienda lo que es aceptado por una sociedad o época determinada... De este modo diferentes personas pueden asumir legítimamente pautas de conducta distintas. La única justificación de una creencia asume la forma de “que sea justificada para mí””. De aquí al narcisismo-nihilismo no hay ni un paso. Y en este clima se intenta destruir toda jerarquización porque se afirma que toda jerarquía es opresora del individuo. ¡Se retrocede, queriendo hacer lo contrario, en el proceso de socialización! “Cuestionemos toda autoridad” decían los estudiantes de los sesenta, movidos (algunos) por una moral más altruista que la anterior. Y una investigación psicológica llevaba a cabo en la Universidad de Berkeley demostró que no había tal moral en la mayoría, sino un retroceso de la moral sociocéntrica a la preconvencional-egocéntrica.

Jerarquías de desarrollo y jerarquías de dominio

Ya hemos dicho que la nobleza de miras del meme verde (unos cuarenta millones en la UE sobre más de quinientos millones de ciudadanos) considerando que todos los seres han de ser tratados con el mismo respeto impide a la inmensa mayoría verse a sí mismos, ver su propia postura. Caen en un activismo de negación total de las olas de desarrollo que propiciaron su propio nacimiento. Y ello, principalmente debido a que niegan aferradamente el hecho de la jerarquización y del papel que la misma ha ido desempeñando a lo largo de la evolución. Las actitudes de los memes anteriores con respecto a la jerarquía eran y son muy distintas entre sí. El nivel de conciencia de los señores feudales -meme rojo- no reconocía más que la jerarquía de la fuerza bruta, algo de lo que aún queda mucho entre nosotros (boxeo, concepción del trabajo entre mucha gente: para la que trabajar es “pencar”: esfuerzo físico...). En el azul, orden mítico, la jerarquía se pensaba como establecida por ¿dios?, algo totalmente inamovible, rígido como el mismo concepto de dios, las estructuras sociales y de la iglesia católica (clero-laicos)... En el del pensamiento científico la jerarquía deja de ser una estructura del rebaño para convertirse en la preeminencia del logro individual y del pensamiento científico (comparemos en la televisión la importancia que se da al pensamiento científico frente a la del pensamiento filosófico, o místico, ¡cuando no se da a la horterada y grosería!). “Esto es científico” sustituye al “Roma locuta, causa finita”. Se premia la excelencia y el triunfo. El meme verde se rebela contra todo esto con razón, pero se radicaliza y niega todo lo pasado e incluso el futuro. En una postura extrema sólo existe él, su relativismo e igualitarismo por los pies.

El nivel del yo sensible empieza confundiendo dos tipos de jerarquías, mejor, no distingue ningún tipo de jerarquía. Identifica jerarquía con opresión. Pero en la evolución de la realidad esto no es, ni ha sido así. El mismo hecho de la evolución o desarrollo es jerárquico, el proceso de crecimiento tanto filo como ontogénico es jerárquico, como se ha repetido ya hasta la saciedad y este proceso es bueno y necesario, absolutamente necesario. La evolución es un constante avanzar sobre lo anterior, es siempre un añadir algo más al nivel que se supera. Por ello cada ola nueva es más inclusiva, más abarcadora, más integral y por lo mismo menos marginadora, menos exclusivista, menos represora que las anteriores. Estas jerarquías que son cada nueva ola, no solamente no son represivas, sino integradoras. Una molécula abraza los átomos y los integra y unifica para que formen un todo nuevo. Así en todos los órdenes. Son éstas las jerarquías de desarrollo, también llamadas de actualización.

Por contra están las patologías, siempre posibles en todo nivel, en todo desarrollo, las deformaciones que constituyen las jerarquías de dominio o represión, que se han dado normalmente (no exclusivamente: existe el cáncer, los hipertrofias, deformaciones congénitas, los psicóticos...) cuando ha intervenido la voluntad del hombre en el desarrollo. Son esencialmente injustas, como las sociedades medievales, las jerarquías de los imperios antiguos, de los absolutismos (algo que se mantiene en muchas instituciones religiosas, las cuales encima tienen la desfachatez o la estupidez de proclamarse de derecho divino), de las monarquías, los privilegios -no las funciones- de la herencia o de la excelencia, las estructuras militares... el machismo, el feminismo radical... Finalmente la humanidad ha llegado a la declaración de los Derechos Humanos (declaración, no realización aún por desgracia) que es un paso hacia adelante. No el camino ya hecho.

Confundir ambas formas de jerarquías es un craso error y, por desgracia, muy común en el mundo académico hoy.

Corolario: El tema de los valores

Consecuencia evidente de lo expuesto es la existencia del valor y de las escalas de valores, incluso admitiendo la ambigüedad de la palabra valor y de las muchas escalas que existen y que podemos aceptar. No intento, ni pretendo, definir el concepto, no podría salir de una simple tautología. y es suficientemente ambiguo como para escapar de las redes opresivas de cualquier definición. Pero, todos sabemos lo que es un valor, podríamos intentar una aproximación diciendo que es aquello es estimado -¡valorado!- en sí mismo y no como medio para otra cosa, diciendo que es la cualidad por lo que algo es tenido en cuenta -¡valorado!-. Según algunos pensadores se podría decir que valor es lo intrínsecamente útil, lo que no ha de salir de sí mismo para ser apreciado -¡valorado!-: esto dicho en oposición a lo utilitario que es lo que sirve para conseguir una cosa distinta de sí mismo y que en sí mismo no tiene utilidad alguna, su paradigma: el dinero. ¡Es terrible ver cómo las mentes humanas están aferradas a este ídolo -el dinero- al que veneran por encima de todo y al que una gran mayoría de gente identifica con la felicidad! ¡¿Dónde nos hemos situado?!

El Valor es, como es el Ser, la Bondad, la Belleza, la Verdad. Todos estos aspectos que consideramos en nuestra mente dual del Ser no-dual son indefinibles, porque están más allá de nuestra mente que no puede llegar a la aprehensión o conocimiento por identidad, solamente al conocimiento conceptual. Y de esto es de lo que tratamos aquí, de afirmar su existencia, de asumirla. Para esto nos basta el repaso que hemos dado a la evolución de la Conciencia, que no es más que el Ser realizándose en su manifestación en el tiempo.

Quiero, sin embargo, tratar muy brevemente aquí, siguiendo el pensamiento de Wilber -lo he seguido en todo el escrito-, de unas modalidades, de unos tipos de valor que juzgo muy importantes tener en cuenta en nuestra dimensión profunda que es espiritual. En concreto de: el valor intrínseco, el valor extrínseco y el valor Sustrato (o valor fundamento).

Valor intrínseco es el que tiene un ser por su grado de inclusividad esto es, por la cantidad de holones, o totalidades-parte, que abraza. En el mundo de lo físico vemos que un organismo abraza dentro de sí mucho más que una célula y ésta a su vez más que un átomo. Sus valores intrínsecos son pues distintos, el del organismo superior al de la célula y el de ésta al del átomo. En la sociedad, una ciudad abarca más que un ciudadano...Y así tenemos que asumir que lo mundicéntrico tiene un valor intrínseco superior a lo sociocéntrico y éste que lo egocéntrico. Cuanto mayor es la cantidad de holones que abraza un ser, mayor es su profundidad (o altura, depende desde dónde se mire). Todo ser tiene su valor intrínseco, pero no es éste el único valor.

Valor extrínseco: es el que tiene las cosas para los demás. Es el opuesto al intrínseco. En este caso lo que se ha de considerar es la cantidad de cosas que tienen en su interioridad el elemento en cuestión. Por ejemplo, los átomos forman parte de las moléculas, y éstas de las células, éstas de los seres vivos y de los sensibles... por lo tanto para todos estos los átomos son necesarios. Su valor extrínseco es enorme. Si eliminamos los átomos desaparecen todos los demás nombrados, pero si desaparecen las células, por ejemplo, no desaparecen los átomos, porque la evolución es unidireccional.

Es fácil ver que cuánto más alto esté un ser en la espiral de la evolución mayor será su valor intrínseco y a la inversa: menor su valor extrínseco. En cambio cuánto más bajo esté un ser en la escala del desarrollo menor será su valor intrínseco, pero mayor el extrínseco. El valor intrínseco es el que tiene una cosa por ser una una totalidad individual, y cuánto más alta sea ésta mayor su valor intrínseco. Estamos hablando de los derechos de todo ser. Por otra parte el valor extrínseco no es el que tiene por ser una totalidad, sino por ser una parte relacionada, constitutiva (todos los seres u holones son siempre totalidades y partes, son siempre seres relacionados, no hay que recordarlo siempre) y como tal siempre tiene obligaciones para con...

Estos dos valores son valores relativos. Hay un valor absoluto, el valor Sustrato o fundamento. Es el valor que poseen todos los seres u holones por ser lo que son: manifestación del Espíritu, del Misterio, de la Vacuidad, del Cristo. En este sentido todos tienen el mismo valor, todos son simples manifestaciones del Absoluto, es decir, como dice Wilber y el budismo, todos tienen Un Solo Sabor, todos comparten la misma Talidad, que ni tiene partes, ni es superior, ni inferior, ni es jerarquía, sino una sola Esencia, un solo Espíritu que se manifiesta Todo en cada cosa. “Cuando tañe la campana no hay campana ni oído, sólo tañido” (De un maestro zen).

Esto en el mensaje del Nazareno se manifiesta de modo especial, a mi juicio, en el Amor a los enemigos, meta clara de la evolución. Algo que también expresa Pablo de Tarso a lo largo de la primera mitad de su carta a los romanos, aunque muy posiblemente con otras premisas filosóficas pero con el mismo sentido del Misterio: Pánta anakefalayósein en tó Xristó. No hay excepción. La Realidad es no-dual.

José A. Carmona