jueves, 24 de julio de 2014

COSILLAS SUELTAS




COSILLAS SUELTAS.

Me estoy quedando con una buena ración de pasmo al comprobar por todas partes hasta qué niveles está impreso el maniqueísmo en nuestra cultura (católica-occidental) y por lo que me huele en otras es peor aún.

Por ejemplo, en la televisión solamente se organizan debates polémicos. El tema, ya sabemos, es el político unido indisolublemente a la crisis. Debates en los que no se propone ir descubriendo un poco más la realidad, sino en el que cada uno trata de mostrar que su ideología es la verdadera, o la buena y la otra falsa, o mala.
Se me ha ocurrido hacerme socio de facebook con la intención de ver las fotos que cuelgan mis familiares (sobre todo de los hijos-as de mis sobrinos-as) a los que no veo físicamente en años. Y me encuentro que facebook a parte de ser un patio de vecinos mal avenido, es un foro de maniqueísmo impresionante. Muchos queriendo apoyar sus ideologías con la mayor aportación posible de datos, eventos, sucesos que muestren que su ideología es la correcta.

¿Para cuándo un visión global de lo “que es”?¿Hasta cuándo estaremos entretenidos sólo con nuestros egoísmos dialécticos?
No quiero dar a entender que la verdad sea un cajón de sastre en la que todo cabe, pero sí que la realidad es mucho más compleja, en la que la postura maniquea está de sobras, y que a parte de no solucionar nada lo empeora todo. En la realidad la postura maniquea ha causado mucho mal en los siglos de historia.

No aceptar que todos hemos hecho bien y mal a lo largo de los siglos y que somos ambas cosas (bueno-malo) a la vez, es, cuando menos, ser imbécil. No aceptar que no hay ninguna ideología que no tenga algo de verdad y algo de falsedad o error es de estúpido e ignorante craso. Y estamos queriendo pintar como poseedores de la sabiduría a quienes nos caen bien, y cargados de maldad a quienes no nos caen mal. Aunque en parte, solo en parte, tengamos algo de razón, estaremos creando un monstruo, al que le faltan muchos aspectos.

Entiendo que es totalmente cierto que no todas las posturas (ni la ideologías, doctrinas, pensamientos...) poseen la misma cantidad de verdad (aproximación a la realidad), por decirlo de alguna manera. O dicho de otra, son igualmente válidas para ir arreglando la realidad que tenemos, la historia. Hay posturas más cercanas al amor, otras menos (por decirlo suavemente). Pero ¡ojo! con las posturas solapadas, subliminales, con las que se proclaman (más o menos) mesiánicas, salvadoras como único camino, con las que no se proclaman así, pero se lo creen y lo callan, con los fanatismos, con los mitos... El mal lo tenemos dentro. Todos.

Entiendo que lo que hemos de hacer no es enfrentarnos entre nosotros para hacer una revolución social, sino convertirnos de corazón al otro y así la revolución se hará ella sola.

Lo que decía Jesús de Nazaret, en un mundo estructuralmente injustísimo (muchísimo más que occidente hoy), era: arrepentíos y convertíos, predicó y vivió en propia carne la metanoia (de metagignoscô: cambiar de opinión y postura -en un solo acto-). Y esto (la conversión) es lo más difícil, aunque, y eso es lo duro, sea el único camino.


Sin una previa revolución interior en la aceptación de lo que somos, todas las revoluciones sociales serán un fracaso, aunque puedan ir acompañados de muchos fuegos artificiales . Miremos la historia.

No nos paremos, trabajemos en la revolución personal, interior. Y todo lo demás se nos dará por añadidura. Irá brotando. Creo que si no hacemos esto seguiremos dando palos de ciego (que para algo sirven, pero no para cambiar el mundo).

¿Era Jesús un buenista bobo?


José A. Carmona Brea

carmonabrea@yahoo.es

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