jueves, 6 de febrero de 2014

Apunte acerca del contemplar





Estamos inmersos en la cultura del preguntar. “¿Por qué?” “¿Qué?” La objetividad es la gran obsesión. Lo que llamamos nuestro pensar gira en torno al preguntar. Al romper con el dogmatismo hemos desarrollado el espíritu crítico que en la ciencia y en la filosofía-búsqueda ha alcanzado su cima. Hemos institucionalizado el “sentido común”. Y esto es bueno pero claramente insuficiente.

Sin embargo, las ideas que merecen ser puestas en duda son las que más se dan por supuestas -el sentido común- (Whitehead). Entender la realidad como lo enfrentado objetivamente al sujeto nos hace perder de vista la contemplación, pues la mente no puede ir más allá de sí misma (Nisargadatta). El Ser no puede caer dentro de los términos creados por la propia mente, términos que nos llevan al conocer, nunca al ser: siempre al objeto frente al sujeto.

Sólo saliendo de la mente (que es dual), sólo dejando de preguntar por el “qué” se puede llegar a ser. El resultado de una pregunta es lo preguntado presentado como respuesta. La Realidad, el Absoluto, Dios no puede ser alcanzada/o, sólo podemos “serla/o”. (Yo soy la cepa y vosotros los sarmientos. El Cuerpo Místico que en los comienzos se le llamó Cuerpo Físico de Cristo)

Nos dice Eckhart en sus sermones, refiriéndose a Dios: “Cuánto más uno te busque, tanto menos te encontrará...” “Si no lo buscas, lo encontrarás”.


José A. Carmona

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