martes, 5 de noviembre de 2013

CRISTO III




      La luz de la Transfiguración


      Siempre he pensado que la Transfiguración de Jesucristo en el Tabor (Mt 17, 1... Mc 9, 2... Lc 9,28...) no ha sido suficientemente estudiada en la Teología que se ha enseñado oficialmente en la iglesia católica. “Estudiada”, digo, en el sentido más ciceroniano de la palabra: “Animi assidua et vehemens ad aliquam rem applicata magna cum voluntate occupatio” Y dicha occupatio comprende la contemplatio.

     En esta luz tabórica nos proyecta la cristofanía “que nos hace descubrir nuestra dimensión infinita y nos presenta lo divino en esa misma luz que nos permite descubrir a Dios en su dimensión humana” (Panikkar).

      He de advertir que al escribir la palabra Dios no pretendo más que utilizar el icono más común del Misterio, mantenido, y a la vez deformado por el uso y abuso humano, a lo largo de los siglos.

       La llamada transfiguración del Tabor nos presenta de una forma concreta (la cristiana) una invariante histórica. Nos pone ante los ojos -es fanía: manifestación sensible- una tarea humana histórica, y posiblemente transhistórica, un objetivo humano, una aspiración (impulso del espíritu: Espíritu) humana: la divinización del hombre. Sin ir más lejos, recordemos desde los chamanes hasta la eucaristía, recordemos el relato del Génesis (se os abrirán los ojos y seréis como Dios -2,5-), las enseñanzas místicas (Amada en el amado transformada, de Juan de la Cruz), (En cada uno de nosostros el hijo de Dios se hace hombre y el hijo del hombre se hace hijo de Dios, Eckhart) de los santos padres (Cristo se hizo hombre para divinizarnos, Atanasio)... Ya en los comienzos del renacimiento se enseñaba que el hombre está hecho de una naturaleza que ha de ser construida para poder reunir in se ipso verae rerum substantiae perfectionem totam.

      Divinización que ha ido tomando forma a lo largo de los milenios en función del nivel de consciencia desarrollado en cada momento y lugar. Sin duda que la altura de consciencia de un chamán amazónico actual, o del neolítico, no es la misma que la de Pitágoras, Tagore, Krishnamurti, Maharsi, Whitman, Teresa de Ávila, Teresa de Calcuta, Eckhart, Simone Weil, Buda... o Jesús de Nazaret a quien los cristianos confesamos el Señor.

      Entendamos como don, gracia, ascesis o como todo a la vez sin separación ni dualidad esta divinización.

      Es claro que estoy hablando de una hierofanía, una realizacón sensible de lo divino. O lo que es lo mismo una humanización total del hombre (y de los dioses). ¿Es algo distinto la cristofanía, la luz del Tabor? Entiendo que no. Aunque no toda hierofanía sea cristofánica, sí toda cristofanía es hierofánica. La cristofanía no es sino una forma concreta de expresar lo universal, lo hierofánico. Los movimientos como el monoteísmo religioso, el ateísmo, el politeísmo son dualistas y provocan el enfrentamiento, o conmigo o contra mí. El terrible grito: ¡Dios con nosotros! (Gott mit uns! De los pueblos nazis) o ¡Santiago y cierra España! Llevan a la guerra, a las cruzadas, a la yihab -contra los infieles-. La cristofanía no es dual: es no-dual, es el hombre siendo a la vez inmanente y transcendente, o sea, siendo base y cima a la vez: como la montaña, siendo ola y mar: agua. No hay dos montañas, ni dos aguas (pese al panta rei de Heráclito), aunque todo para nuestra mente racional discurra en el tiempo. Lo absoluto está en lo eterno. Posiblemente recurriendo al ejemplo de los idiomas nuestra pobre mente (y maravillosa a la vez, sin dualidad) puede “entender” mejor esta no dualidad. La comunicación verbal, el lenguaje es único, universal, pero no podemos utilizar ese lenguaje sino es por medio de una lengua concreta cada vez. Tanto el español como el inglés son “lenguaje” y por lo mismo universales, nos sirven para comunicarnos los hombres, pero en cada momento y a la vez hemos de utilizar solo uno, que en sí mismo no es sino expresión de ese universal que es la comunicación verbal humana, el lenguaje. La cristofanía es la forma concreta que se da entre los cristianos de la universalidad de lo “que es”. Entre los no cristianos estarán los equivalentes homeomórficos, y viceversa. Podemos escoger cualquier ejemplo de nuestra vida cotidiana.

      La “Cristofanía” como tal no tiene pretensiones de universalidad. Es sencillamente el pusillus grex -quizás muy olvidado y deformado- del que nos habla Lucas (12,32). Se limita a ofrecer la Luz de Cristo, su Amor lumínico, su Luz tabórica. Es una palabra cristiana, abierta a lo humano y que intenta presentar esta epifanía de la condición humana a la luz del hombre en la situación actual y a la del Tabor cuyo origen parece estár más allá del tiempo. Pero sin manipular lo divino. Algo que no se ha respetado a lo largo de la historia.

      Sería experiencia de Cristo realizada en y nacida a la consciencia humana, y a su vez reflexión crítica sobre ella. Sin reflexión crítica no hay garantías de nada serio.

      El hombre es más que nada capax Dei (abierto al Misterio) y no simplemente un animal evolucionado, la consciencia en el hombre da un salto que le hace entrar en comunión con lo divino, con lo numínico. Parte de la animalidad pero transciende la mera animalidad. Reducirlo a animal evolucionado es castrarlo en su propia esencia.

     Esta luz tabórica o cristofánica no es un mero acercamiento doctrinal al Misterio (no digamos racional), sino sapiencial. La cristofanía comprende también al Espíritu. Es la percepción-comprensión del tercer ojo. Lo cual no supone abandonar lo intelectual, sino superarlo. La vida humana no sólo está guiada por la razón, ni por la simple biología, sino tambiém por el Espíritu. La cristofanía aspira a ser una sabiduría, no una mera doctrina basada solo en un hecho del pasado.

      Todo ser es una cristofanía (hierofanía), es luz del Tabor, visto atravesando los sentidos (sin negarlos), es luz y amor. Esto es la naturaleza misma de la realidad. La cristofanía del Tabor es reconocer nuestra no-dualidad, la polaridad transcendente-inmanente. Se trata de ir cayendo en la cuenta de lo “que es”.




José A. Carmona
carmonabrea@yahoo.es

1 comentario:

Noemi dijo...

les visito, reciban muchas bendiciones
mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com