sábado, 26 de mayo de 2012

VERSÍCULO UNDÉCIMO DEL TAO TE KING



El versículo nº 11 del libro Tao Te King es el primero que conocí de todo el libro. Rebuscaba  yo en una  librería de Badalona allá por los años ochenta para ver si encontraba algo que me gustara leer. No era fácil allá, dado el carácter casi unidimensional de la librería, de línea marxista-comunista y materialista a rabiar, encontrar un libro sobre mis apetencias. Pero, tirado en un rincón, “de su dueño tal vez olvidado”, me topé con un libro pequeñito que versaba sobre Karl Dürckheim (el psicólogo, experto en mística y místico), no sobre Emile Dürckheim (sociólogo). Lo compré, lo leí, y me interesó mucho su lectura, pero apenas entendía nada de lo que leía: ¡Planteaba un mundo tan distinto al que yo conocía! ¡Sus categorías no me encajaban! Estuve casi veinte años leyéndolo y releyéndolo. Y cada vez me iba abriendo más a aquel mundo planteado: "el mundo de lo numinoso visto y vivido con categorías no escolásticas".

Recuerdo que al final de esos años incluso lo recomendé como lectura  en mis clases en la facultad y que una alumna me presentó un resumen muy bueno del libro. Actualmente este librito me está inspirando constantemente.

En él habla Dürckheim del párrafo del Tao al que hago referencia al principio. Narra como el descubrimiento interior de lo contenido en el versículo fue su gran experiencia del Ser.

He consultado tres traducciones de dicho versículo, todas dicen lo mismo en esencia, pero con palabras muy distintas – lógico -, la que más me agrada es la del mismo Dürckheim. Ésta:

Treinta radios alrededor de un cubo: 
en el vacío de en medio reside la obra del carro.
 

Se ahueca la arcilla y adquiere forma de jarrones: 
es por el vacío por lo que son jarrones.
 

Se abren puertas y ventanas para formar una habitación:
por esos vacíos es por lo que es una habitación.
 

Por lo tanto, lo que es sirve a la utilidad (otras traducciones: es la riqueza)
lo que no es representa la esencia (
otras traducciones: es lo valioso).


Y sigue escribiendo Dürckheim sobre esta su experiencia:

“¡Y de pronto, Eso llegó!... Mientras escuchaba (estaban leyendo en grupo el Tao y al llegar a este versículo), me atravesó el relámpago… El velo se desgarró, ¡había despertado! Acababa de tener la experiencia de “Eso”. Todo existía y no existía, este mundo y, a través de él, el pensamiento de otra Realidad… Yo mismo existía y no existía. Estaba sobrecogido en el encantamiento en otro lugar y, sin embargo, estaba allí… muy lejos y, al mismo tiempo, profundamente arraigado en las cosas… Toda la realidad que me rodeaba estaba formada de golpe por dos polos: uno era el inmediatamente visible y otro invisible que estaba en el fondo de la esencia de lo que veía… Se trataba del nacimiento de una nueva consciencia.”

José A. Carmona

2 comentarios:

Juan dijo...

José Antonio, al leer tu comentario de Tao, me acordé de que en mis tiempos mozos leí bastante "poesía" oriental. Busqué el libro que me regaló Alberto Revuelta ¡el 19 de mayo del 69! ("Filosofía oriental" de la Editorial Podium) y efectivamente ahí estaba Lao Tse.
Me ha encantado la traducción, porque responde al sentido general del modo de pensar de Lao Tse y a la doctrina del no-obrar.
Tú fíjate cómo traduce el final mi libro: "Por esto del vacío del no-ser de las cosas proviene la utilidad y del ser la posesión."

ESTE ES EL COMENTARIO QUE HE HECHO EN TU ARTÍCULO DEL BLOG DE LUIS,
pero luego me acordé del tuyo y aquí lo tienes, donde debe estar, je,je.
Te envío un correo ahora con unas palabras no muy pensadas, pero sentidas y que más tarde tendría que elaborarlas. No sé.
Un abrazo.

sarri dijo...

Leyendo taos uno se pregunta: «qué coño trata de decir este tipo?» Son preguntas que, si se insiste, reciben respuestas. Así es la vida espiritual!