Prenotando
La
visión integral.
En
nuestros días es muy posible acceder a todas las grandes
culturas que hay y ha habido en el mundo, por lo tanto hoy más que
nunca es posible conseguir una visión global y sintetizadora de las
mismas. Un pensador que lo ha hecho es Ken Wilber, quien ha logrado
integrar los nexos que unen dichas culturas en una visión integral y
totalizadora. Me propongo irla desgranando poco a poco. Utilizo los
mismos términos que Wilber.
LAS
CUATRO DIMENSIONES DE LA REALIDAD
Plotino,
gran místico y pensador que en mis años de estudios de Historia de
la Filosofía (ora como alumno, ora como profesor) pasaba casi
desapercibido, al menos en su grandeza, nos habla de los nidos
concéntricos del ser en sus Enéadas (recopiladas por
Porfirio). Y explica que cada uno de esos nidos envuelve al anterior,
no puede ser de otro modo.. Nos habla de materia, vida, sensación,
percepción, impulso, imagen, concepto, lógica, razón creativa,
nous y Uno. Una verdadera escala de desarrollo. Una Cadena del
Ser. Entre los teólogos del siglo IV nos encontramos con el
Pseudo-Dionisio, neoplatónico, que nos habla de las jerarquías
(angélica y eclesiástica) y del apofatismo o teología negativa.
Fue de gran influencia en la línea franciscana. La ciencia moderna
tiene también su propia jerarquía global en la que cada uno de sus
elementos trasciende e incluye a sus predecesores: …partículas
subatómicas, átomos, moléculas, células, tejidos, organismos,
sociedades, biosfera, universo.
Mas el reduccionismo, tome la forma que tome en cada momento, es un
escape al que se agarra frecuentemente la razón. Es un peligro
constante y en el mismo caen asiduamente tanto la visión premoderna
(medieval y renacentista) como el modernismo y el postmodernismo. Nos
escapamos de algunos de los ojos del conocimiento (los tres de los
que abundantemente se ha hablado en este blog: sensible,
intelectual y contemplativo). En la Edad Media se huía del ojo
sensible, actualmente hemos eliminado el de la contemplación.
Así hoy identificamos mente con cerebro, y en la edad Media se
hacían rogativas para que lloviera.
El
pluralismo epistemológico (diálogo entre culturas) siempre
ha sido deficitario, cuando no nulo. No puedo olvidar que gran parte
de la teología medieval, la misma que se ha enseñado en las
instituciones eclesiásticas, es excluyente y rechaza de plano dicho
pluralismo. Hoy no lo es tanto. Recuerdo en estos momentos una clase
sobre introducción a la “Sagrada Escritura” en la que se negaba
el derecho a la libertad religiosa “porque la verdad (catolicismo)
no se puede poner en el mismo nivel que el error”. Mi carne y mi
sangre viven aún en algún punto recóndito de aquellas
“sentencias”, aunque mi espíritu quiera ser libre como Jesús, a
quien llamamos el Nazareno. En nuestros días el pluralismo es un
hecho cultural incuestionable.
Estamos en el segundo decenio del siglo XXI y son muchas las
cuestiones que ocupan a los hombres. En estos casos sin duda se
plantea el problema de la urgencia y de la importancia.
Me pregunto en este caso por la importancia de algunos problemas
intelectuales, ¿Cuál es el más candente? Se han defendido y
defienden opiniones de todos los gustos. (La psicología
evolutiva, la teoría de las cuerdas, un TOE del cosmos...) pero
cualquier visión intelectual verdaderamente integradora que no tenga
en cuenta más que el cosmos (la dimensión esctrictamente
física), en vez del Kosmos (que abarca los reinos
físicos, intelectuales, morales, espirituales, emocionales..., la
realidad última, que reconocían los griegos), nunca podría ser una
visión integradora, sino castrada. Por desgracia la modernidad -en
uno de sus muchos elementos negativos- ha reducido el Kosmos a
cosmos.
Una
verdadera visión integral -TOE (totalidad ordenada de la
existencia)-, una teoría de todo en su estudio debería incluir
la materia, el cuerpo, la mente, el alma, el espíritu y su
despliegue a través de la cultura del yo y de la naturaleza. Y éste
es el problema más candente, más importante quizás, del mundo
intelectual en los comienzos del siglo XXI para la intelectuales más
cercanos a la conciencia y a su estudio.
En esto que antecede
y en lo que sigue estoy siguiendo la línea de pensamiento de los
defensores de la visión integral del Kosmos, con la que me siento
muy unido.
LAS
CUATRO ESQUINAS DEL KOSMOS
¿Nos
estamos, en nuestros días, aproximando al límite de la visión
racional-industrial del mundo? la visión que genera (y es generada)
por la modernidad.
Entiendo
que hay que matizar. La visión racional-industrial es la
“modernidad”, es la visión general del mundo sostenida por la
Ilustración. Cumplió con funciones muy importantes, instauró la
democracia, abolió la esclavitud, despertó el feminismo liberal,
diferenció entre arte, moral y ciencia… superó de las jerarquías
sociales de dominio... pero es necesario transcenderla incluyéndola.
Transcender
e incluir la modernidad supone:
1)
Abrirnos a modalidades de conciencia que transciendan la mera razón.
2)
Participar en estructuras tecnológicas y económicas que vayan más
allá de la industrialización. Ambas cosas conjuntamente, no una
sola. Pero este cambio ha de incluir la razón y lo industrial, como
componentes de una visión más equilibrada, más global y más
integrada.
El
racionalismo y la industrialización han excedido sus funciones y han
derivado hacia un tipo de jerarquía de dominio, insoportables como
todas, en la sociedad en que vivimos. La nueva visión ha de limitar
el poder del racionalismo, sobre todo como referente último de toda
verdad (el problema del cientificismo) aunque traerá consigo sus
propios problemas.
Los
cuatro cuadrantes
Cualquier
transformación futura deberá implicar al mismo tiempo un cambio de
conciencia y una transformación institucional, acabamos de decir.
Deberá implicar una nueva visión del mundo que se halle integrada
en un nuevo sustrato tecno-económico, con una nueva modalidad de
sensación de identidad que posea sus propias pautas conductuales.
Muy
posiblemente, los cuatro cuadrantes, que son cuatro tipos de
jerarquía que ofrece todo holón, o dicho de otra forma, cuatro
sistemas de holoarquías, nos ayuden a esta nueva visión del Todo, a
este cambio de consciencia. Todo holón (totalidad que a su vez es
parte de otra totalidad superior, v.c célula que es un todo y parte
de un tejido a la vez) tiene cuatro aspectos, dos interiores y dos
exteriores. Los exteriores son el exterior individual:
cuerpo, moléculas … y el exterior social o colectivo:
sociedad, galaxia, tribu… Y los interiores, el interior
individual: emociones, percepciones, visión lógica… y el
interior social: cultura y sus formas históricas, urobórico,
pleromático…
Wilber
hace una recopilación de los distintos holones de los cuatro
cuadrantes:
exterior
individual: ...átomos, moléculas, procariotas, eucariotas,
organismos neuronales, cuerda neural, tronco cerebral reptiliano,
sistema límbico, cerebro trino, neocórtex complejo, SF1, SF2...
exterior
social: …galaxias, planetas, sistema Gaia, ecosistemas
heterótrofos, sociedades con división del trabajo, grupos/familias,
tribus, aldeas, ciudades/imperio, nación/estado, planetario...
interior
individual: ...aprehensión, irritabilidad, sensación,
percepción, impulso, emoción, símbolos, conceptos, conop, formop,
visión-lógica...
interior
colectivo: ...físico-pleromático, protoplásmico, vegetativo,
locomotor, urobórico, tifónico, arcaico, mágico, mítico,
racional, centáurico...
Los
cuatro cuadrantes no representan más que los aspectos interior
y exterior, individual y colectivo de todos
los holones. Son aspectos reales de los holones reales.
Podemos
ver en lo expuesto que se dan dos columnas, una de la los elementos
internos y otra de los externos, la primera comprende los elementos
que se estudian en las ciencias físicas, químicas, sociales,
historia..., la segunda pertenece al ramo de las consciencia y de los
conocimientos de la psicología, la cultura leída desde dentro, no
desde fuera (¿qué es la consciencia sino la profundidad de lo
interior vista desde el
interior?, o sea, la
percepción interior de lo profundo).
Y a cada
eslabón a que asciende la evolución o
desarrollo en lo externo corresponde uno nuevo en
lo interno. La ciencia nos hace ver el exterior, pero
nunca lo interior: con el sistema límbico aparecerán las emociones,
por ejemplo, pero la ciencia, que puede describir plenamente el
sistema límbico, no nos puede decir ni un ápice de la experiencia
emocional
que sentimos (puede describir la emoción desde
fuera, no sentirla), como nos podrá describir la
trasmisión del sonido pero no de la música que nos emociona
y nos hace llorar de gozo. Hay una conexión total entre ambas
columnas pero la interior necesita interpretación (desde
dentro), no simplemente
visión desde fuera. Por descontado que cada uno
de los cuatro cuadrantes puede ser leído (desde fuera) o
experimentado (desde dentro).
Esto
dicho en el párrafo anterior se refiere a los holones individuales
tanto externos como internos, pero todo holón individual sólo
existe en un colectivo
de holones, en una comunidad que también tiene su profundidad. Si el
holón individual es externo se encontrará en una comunidad social y
si es interior, en una cultural. Por social entendemos las formas
materiales, sean o no
institucionales, de la sociedad (estructuras
sociales o políticas,sistemas y cuerpos
económicos, estilos arquitectónicos, ciudades, aldeas,
infraestructuras...) y por cultural todo
aquello que tiene que ver con la visión del
mundo de cada colectivo, y no
me refiero solamente a los humanos, (por ejemplo el sistema de
locomoción, de alimentación, el mundo mágico, el racional...).
Conocemos algo de las formas culturales de muchos
animales que son comunales, y otros que no lo son tanto. Todos
aprenden de sus mayores todo aquello que les sirve. Lo que no les
sirve no entra en su campo cultural. No le leamos el Quijote o la
Biblia a una manada de búfalos, pero ellos conocen las hierbas de
que se alimentan y los posibles peligros de sus predadores...
Refiriéndonos
a lo humano podemos poner multitud de ejemplos. La persona no se hace
aislada del colectivo. No aprendemos a hablar en la soledad de una
selva, sino de nuestros padres, familia y comunidad de hablantes, de
ahí la lengua materna (que tanto ha de ser respetada). Nuestros
pensamientos no nacen de una nada, el mundo se está haciendo
constantemente (creatio in fieri de los escolásticos), hoy podemos
pensar en “coger el avión”, algo totalmente imposible de pensar
-y de hacer- en el siglo
XVIII. No existía ni siquiera el pensamiento de coger el avión, ni
de ir al cine. En el Neolótico era impensable escribir un libro, una
partitura de música... (pero no burlar a un toro -torear-), o
simplemente decirse: “voy a ir al supermercado”, todo lo más que
se podía pensar y hacer: “voy a matar un venado,
una ternera...” , o
en el Paleolítico, “ir de caza”. Es el contexto el que da
sentido al pensamiento y quien lo genera. Es el sustrato cultural el
que les da significado y los articula. ¿Hemos caído
en la cuenta de que si nos
hubiéramos
perdido de muy niños en una selva sin vivir en
medio de una comunidad de individuos, no podríamos hablar ni con
nosotros
mismos porque la lengua y el pensamiento nunca habrían surgido en
nosotros?
Este
marco amplio de lenguaje, pensamientos, prácticas, significados son
el sustrato en el que nacen mis propios pensamientos. Es mi cultura,
mi visión cultural del mundo, mi espacio interior, vital... Y este
espacio tiene unos componentes materiales que son la dimensión
social: tecnología, fuerzas de producción, ciudades, aldeas,
fonemas, sonidos, estilos arquitectónicos, estéticos...religión...
A estos
cuatro aspectos los podemos llamar de múltiples maneras. Son cuatro
facetas, cuatro dimensiones, cuatros esquinas del Kosmos.
Y ¿qué
lugar ocupa Dios, el Misterio, el Espíritu en esta visión? Dios, el
Misterio no puede ser nada distinto, no puede ser un holón fuera de
las cuatro dimensiones sino que se realiza en todas ellas siendo
Plenitud. Dice Wilber:
“El
Espíritu no es una especie de Yo superior, de Gaia o de consciencia,
no es la red de la vida, la suma total de todos los fenómenos
objetivos o una especie de consciencia transcendental.
El Espíritu existe en y como los cuatro cuadrantes, los cuatro
puntos cardinales... del Kosmos conocido, que son necesarios para
navegar con seguridad.” (A
brief History of everything). Es
y transciende cada aspecto siendo Totalidad.
De
momento cierro aquí mi discurso reflexivo sobre los llamados cuatro
cuadrantes. Es claro que
son muchísimos los flecos, la
misma revelación de Dios, las etapas del desarrollo, el Espíritu en
acción,
la tríada: verdad, bondad, belleza...
que quedan colgando, mas es suficiente, pienso, para apuntar hacia
una visión más integral de lo que es.
José A.
Carmona
carmonabrea@yahoo.es